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Fecha de publicación:
Septiembre 15, 2020
Fecha de grabación:
Septiembre 1, 2020
De acuerdo a los kabbalistas, en el trigésimo día después de que una persona deja este mundo, el alma completa la primera etapa de su viaje de elevación. Este es un momento increíblemente poderoso para reconectarnos con la esencia de esa alma; para unir nuestra mente, corazón y alma con la totalidad de la Luz que Karen manifestó durante su tiempo en el mundo físico.
Que podamos tener, con esta conexión, el mérito de sentir el apoyo que Karen nos brinda en lo que avanzamos en nuestro camino espiritual en forma individual y como comunidad, en nuestro trabajo para despertar la dignidad humana y terminar con el caos en el mundo.
Sin Karen, el Centro de Kabbalah , como lo conocemos hoy en día, no existiría. Karen abrió las puertas para que este conocimiento fuera estudiado por mujeres, hombres y niños de todas las edades; sin importar la creencia espiritual ni los caminos de vida. Junto con su esposo, Rav Berg, Karen no sólo hizo asequible y a disposición de todo aquel que quisiera estudiar la sabiduría de la Kabbalah, sino que además creó un lugar donde pudiéramos reunirnos como comunidad para poder estudiar, conectarnos y crecer. Una de las varias enseñanzas de Karen es que la energía nunca muere. Cuando el trabajo del cuerpo termina, el alma viaja a los mundos superiores donde puede servir sin limitación. En las propias palabras de Karen: “Cuando trascendemos, entramos a un reino mucho más grande que el terrenal. Somos sólo unas pequeñas lámparas a comparación de la inmensidad de los rayos de Luz del Creador. Realmente nunca necesitaríamos despedirnos de nadie ni de nada. La energía nunca cesa de existir, sino busca una nueva vasija donde residir. Podemos ver a nuestros abuelos en los ojos de nuestros hijos, así como vemos los botones de flor brotando nuevamente en cada primavera. El amor que experimentamos nunca muere y nunca tenemos que decirle adiós; siempre puede ser hallado el los corazones de nuestros amigos, nuestros hijos o en la luz de un nuevo amanecer. Cuando trascendemos, regresamos a la fuente principal de energía donde podemos brillar con una mayor intensidad que en el plano físico. Cuando Rav Brandwein, el maestro de Rav Berg, dejó este mundo, Rav Berg en efecto sintió una gran tristeza en un inicio, pero después de un tiempo entendió que Rav Brandwein lo ayudaba aún más ahora que cuando estaba en este mundo”. Sabemos que Karen continuará apoyando a cada uno de nosotros, ayudándonos ahora más que nunca mientras continuamos esparciendo su sabiduría y su Luz alrededor del mundo.
