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Yo voy a querer el dinero con una porción de culpa, por favor

Batya Solomon
Enero 28, 2020
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Conozco a un hombre que estuvo casado por muchos años y que fue infeliz durante la mayoría de ellos. También perdió todo su dinero en un negocio fallido porque tenía demasiada vergüenza de admitir a sí mismo y a los demás que era momento de salir de su matrimonio y también de su negocio. Él pasó por una limpieza en la que soltó a cualquier persona y situación en la que se sentía esclavizado. Todo eso quedó atrás. Hoy en día es un hombre libre. Ahora está viviendo sus sueños. Está en una nueva relación en la que se siente libre de ser él mismo, expresar su verdadera naturaleza y practicar el dar y recibir amor. Ahora está a cargo de un nuevo y exitoso negocio que siempre ha sido su pasión, pero que en el pasado tenía mucho miedo de manifestar. En una reunión reciente, cuando le pedí que me contara más acerca de su nuevo negocio, su tono de voz cambió. Estaba vacilante, casi arrepentido de lo que estaba haciendo. Fue ahí cuando entendí que le daba vergüenza admitir conmigo que estaba obteniendo ganancias con su negocio. Cuando le pregunté al respecto, suspiró profundamente y me confesó que, en efecto, se sentía incómodo con ello. Él no estaba acostumbrado a obtener ganancias; más aún, él no estaba cómodo con admitir esto, como si fuese algo malo. Más bien sentía una necesidad de justificar su nueva actividad al hacer énfasis en cómo su negocio estaba ayudando al ambiente. Estaba cubriendo su vergüenza con ética. Pero ¿de qué debía sentirse avergonzado? Yo estaba desconcertada. “¿Cuál es el problema con ganar dinero y disfrutarlo?”, le pregunté finalmente. Él se sonrojó. “No estoy acostumbrado a hablar de dinero. No estoy acostumbrado a hacer dinero y ciertamente tampoco estoy acostumbrado a hacer lo que hago para ganarme la vida. Se siente casi vergonzoso”. Vaya. Tuve que asimilar eso un momento. De donde yo vengo, no hacer dinero era vergonzoso. Me parecía muy extraño que hubiese personas que están avergonzadas por el hecho de que ganan mucho dinero, ¡y disfrutando en el proceso! Él comenzó a explicarme que, según su crianza, el dinero es considerado la raíz de todo mal. Así que, si él tiene un excedente de ganancias, quiere decir que de alguna manera es una mala persona y uno no debería hablar de esas cosas. Su actitud con el dinero lamentablemente es muy común, completamente innecesaria, muy destructiva, pero reparable. Si sufres de una relación de amor-odio con el dinero, considera lo siguiente: El éxito y la prosperidad son ordenanzas divinas. Adán y Eva fueron creados para vivir en el Jardín de Edén, la máxima experiencia de prosperidad. Todo lo que tenían que hacer era mirar algo y ya conectaban con su esencia, con sus bendiciones. ¡Todos los patriarcas, matriarcas y los personajes principales de la Biblia eran ricos! Yo llamo a la Biblia el “Manual de la humanidad”. ¡Es un libro de prosperidad! En Deuteronomio (Devarim) 8:18 dice: “Sino que te acordarás del Eterno, tu Dios, porque Él es el que te da poder para obtener riquezas”. Los personajes principales de la Biblia nacieron prósperos o se hicieron prósperos o tuvieron acceso a riquezas cuando surgió la necesidad. ¡Todos eran justos! Entre ellos estuvieron Avraham, Yitsjak, Yaakov, Yosef, Moshé, el rey David, el rey Shlomó, los profetas (Yeshayahu, Yirmiyahu, Nehemyá y Elishá). En Proverbios (Mishléi) 13:18 dice: “Pobreza y vergüenza vendrán al que menosprecia la instrucción”. De nuevo, cualquiera que viva en alguna forma de pobreza, que tenga una pobreza mental, ¡está violando las leyes espirituales! Es tu derecho divino ser próspero y, por lo tanto, también es tu derecho divino poder desearlo; siempre y cuando sea por aportar valor a las vidas de otras personas. ¿La comida es espiritual? ¿Los objetos materiales son espirituales? ¿El dinero es espiritual? Sí, si estamos pensando en cómo usarlos con el fin de compartir, ser bondadosos y sumar valor a la vida de los demás. ¿Cómo puedes ser más próspero? Al actuar como la Luz. En otras palabras, pregúntate a lo largo del día: “¿Cómo puedo aportar valor a la vida de otras personas?”. Y luego sigue tu intuición, ¡porque el secreto de la prosperidad es que ya eres rico! Y mereces vivir en grande. Puedes revelar la riqueza que ya existe en tu interior al expresar tu interés en compartirla con los demás a fin de que todos se beneficien. Espero que compartas en grande y prosperes.


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