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¿Cómo puedo vivir cada día al máximo? Cuatro prácticas diarias para vivir con intención

Adaptado del pódcast de Sed Espiritual de Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí.
Junio 10, 2024
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Todos anhelamos un sentido de propósito y orientación para nuestra vida, pero, a lo largo del día, solemos vernos atraídos en direcciones que no pretendemos. Las obligaciones y las listas de quehaceres nos distraen de las cosas que son más importantes para nosotros, o sucede algo que nos altera y nos hace reaccionar de formas que no reflejan lo mejor de nosotros. Es muy fácil perder el enfoque de las cosas que más importan en el ajetreo de la vida cotidiana. Afortunadamente, hay algunos rituales simples que podemos practicar todos los días para ayudarnos a mantener el enfoque y la determinación con nuestro tiempo, asegurándonos de que estamos viviendo alineados con el poder de nuestra alma. 

He aquí cuatro prácticas diarias para comenzar a vivir cada día al máximo:

1. Haz que tu primer pensamiento del día sea de agradecimiento. 

¿Qué es lo primero que pasa por tu mente cuando te despiertas por la mañana? Quizá uno de ellos sea: “¿Qué hora es? ¿Dónde tengo que estar? ¿Qué tengo que hacer hoy?”. La sabiduría de la Kabbalah enseña que los primeros momentos de cada día determinan cómo se manifestará el resto del día para nosotros. 

Si nuestro primer pensamiento al despertar es de enojo, decepción o tristeza, entonces esa energía impregnará el resto del día. Por el contrario, si nuestro primer pensamiento es de aprecio, entonces el resto del día estará impregnado de ese aprecio.

Cuando te despiertes cada mañana, haz que tu primer pensamiento sea de agradecimiento y permite que la energía de gratitud te guíe a lo largo del día. Ya sea que lo digas con palabras o lo pienses en tu mente, recuerda lo feliz y agradecido que estás de estar vivo. Incluso si es solo una meditación rápida de 10 segundos, comenzar la mañana con esa conciencia tendrá una reacción en cadena positiva a lo largo del día que puede ayudarte a mantenerte centrado y enfocado en lo que es más importante en tu vida.

2. Dedica tiempo a establecer tus intenciones para el día.

Nuestra vida cotidiana puede ser tan estresante y agitada que, con frecuencia, se siente como si estuviéramos operando en piloto automático, reaccionando a una situación tras otra. Es fácil perder de vista nuestros valores en este estado y comenzar a actuar de maneras que no están alineadas con nuestra integridad. Es muy importante que nos tomemos un tiempo cada mañana para establecer nuestras intenciones. Pregúntate: “¿Qué voy a hacer hoy? ¿Por qué lo hago? ¿Creo en ello? ¿Lo estoy haciendo por las razones correctas?”. 

Comenzar el día con intenciones claras es la forma más poderosa de dirigir proactivamente tu conciencia, en lugar de reaccionar a lo externo. Cuando comiences el día con intención, descubrirás que tu tiempo y tus acciones estarán mejor alineados con tus valores.

3. Encuentra momentos de agradecimiento a lo largo del día.

Tener aprecio y gratitud por las bendiciones en nuestra vida no tiene por qué ser un ritual que practiquemos solo por la mañana. De hecho, debería ser nuestro enfoque durante todo el día. Puede parecer difícil encontrar el tiempo para hacer una pausa y apreciar, pero tan solo tomarnos unos segundos antes de comer, cuando veamos algo hermoso o cuando algo nos hace sonreír puede marcar la diferencia.  

Piensa en un momento del día de hoy que te haya hecho sonreír o te haya conmovido de forma positiva. Revívelo, experiméntalo y reflexiona sobre ello. Cuantos más momentos de aprecio encuentres a lo largo del día, más verás que este comienza a cambiar y protegerás tu conciencia positiva.

4. Por la noche, reflexiona sobre lo que te salió bien.

No somos personas perfectas. A veces tenemos un mal día y no estamos a la altura de nuestros propios valores. Cometemos errores o reaccionamos mal ante alguna situación. Pero podemos aprender tanto de las veces que nos equivocamos como de las veces que nos mantenemos enfocados y positivos. 

Al final de cada día, tómate un tiempo para reflexionar sobre lo que te funcionó y lo que no te funcionó durante el día. ¿Qué te gustó de la jornada? ¿Cómo te sentiste mientras lo estabas viviendo? ¿Qué lecciones puedes llevarte para mañana? Dedicar tiempo a este trabajo introspectivo puede impulsar tu crecimiento y ayudar a que el mañana sea todavía mejor que hoy. 

Tener prácticas diarias no se trata solo de tener una rutina que sigamos robóticamente. Se trata de armarnos con las herramientas que necesitamos cada día a fin de transformar nuestra vida para mejor. Nos ayudan a alinear nuestras intenciones y acciones mientras nos mantenemos enfocados en las cosas que son más importantes para nosotros. Y, sobre todo, nos ayudan a tener la vida que estamos destinados a vivir a su máximo potencial. Intenta incorporar estas prácticas en tu rutina diaria y ve cómo funcionan para ti. 


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