El miedo nos impide conseguir lo que realmente queremos en la vida. Nos inhibe, nos mantiene estancados y evita que persigamos nuestros sueños. Nos hace arriesgar poco. Pero tiene un papel importante en nuestro camino espiritual. A pesar de que el miedo usualmente sea considerado como una emoción negativa, puede usarse como un catalizador para un gran crecimiento. De hecho, el miedo es un elemento muy necesario e importante de nuestro desarrollo espiritual.
He aquí tres maneras de usar el miedo como combustible para el éxito:
1. Usa el miedo para cultivar la certeza de que el Creador sabe lo que es mejor para ti.
El propósito espiritual del miedo es ayudarnos a desarrollar nuestra confianza en el Creador. El miedo puede ser el catalizador para una conexión espiritual más profunda cuando se canaliza de forma adecuada. Cuando estamos asustados, nos sentimos desesperados por ayuda y, con frecuencia, es ahí cuando acudimos al Creador en busca de orientación.
Parte de nuestro camino espiritual es aceptar y entregarnos a lo que el Creador trae a nuestra vida, sabiendo que es exactamente lo que nuestra alma necesita, aun si parece difícil o aterrador en ese momento. Toma tu miedo y dedica toda esa energía en confiar en que todas aquellas situaciones que te generan dudas están ahí para tu beneficio definitivo.
Tener certeza en el Creador no es lo mismo que fingir que no tenemos miedo. Más bien, es elegir seguir adelante a pesar del miedo. Consiste en saber que, cualquier cosa que ocurra, es para nuestro beneficio. Ten presente que el Creador te acompaña, y lo que sea que esté ante ti es para tu beneficio supremo.
2. Usa el miedo para reevaluar si estás viviendo alineado con el Creador.
En el nivel más profundo, el verdadero miedo de nuestra alma es que la forma en que vivimos no esté alineada con el Creador. Cuando actuamos de maneras que sabemos que nos están desconectando de la Luz del Creador, como sucumbir a arrebatos de ira o deseos egoístas, se genera una reserva de miedo. Puede manifestarse como miedo a volar, a los ascensores o a la oscuridad, pero los miedos irracionales son solo un efecto del verdadero miedo de nuestra alma al que no prestamos atención.
Estamos destinados a vivir con miedo, pero con un solo miedo: el miedo a desconectarnos de la Luz del Creador. Vivir con este miedo singular ayuda a disminuir nuestros comportamientos reactivos. Cuando el miedo a desconectarse se vuelve más grande que el deseo de gritarle a alguien o actuar de manera egoísta, no solo nos ayuda a cambiar la forma en que vivimos, sino que ayuda a disminuir todos los demás miedos.
3. Pregúntate qué harías si no tuvieras miedo. ¡Y después hazlo!
La gente a menudo se abstiene de dar grandes pasos en la vida porque tiene miedo a lo desconocido, la parte impredecible de la vida. En todas las áreas de la vida, desde nuestras relaciones hasta nuestras carreras y nuestro trabajo espiritual, tendemos a permanecer dentro de los límites de lo que es cómodo y familiar porque no sabemos qué sucederá si salimos de esos confines. Pero toda la vida es insondable. Una vida espiritual se crea sobre el deseo de novedad. Es importante que todos busquemos la siguiente cosa a probar porque eso es lo que nos expande como individuos.
Todos los días, despiértate y pregúntate: “¿Qué haría si no tuviera miedo? ¿Cómo sería mi vida? ¿Dónde pasaría mi tiempo? ¿Qué crearía?”. ¡Y después ve a hacerlo! Mantente abierto y curioso a cosas nuevas, aun si algunas de ellas no funcionan.
El miedo es una parte intrínseca y necesaria de nuestro desarrollo espiritual. Tiene la función de llevarnos a niveles cada vez más altos. El miedo nos hace sentir incómodos, ¡y eso es algo bueno! Eso es lo que nos lleva a despertar, cambiar y conectarnos con el Creador.