Mayo de 2025 es nuestro mes de transición entre lo viejo y lo nuevo. Desde diciembre del año pasado, muchas alineaciones cósmicas nos han invitado a reducir la velocidad y hacer una retrospectiva. Hemos experimentado un número sin precedentes de cambios y alineamientos planetarios, los cuales nos han llevado a reflexionar antes de poder avanzar.
También presenciamos algunos eclipses poderosos en marzo de 2025 que trajeron vientos de cambio. Esto pudo haber propiciado una transformación significativa en nuestra vida, creando una atmósfera de novedad como nunca antes. A medida que el panorama astrológico cambia drásticamente, nuestro enfoque y prioridades cambian por completo. Estamos entrando en un nuevo capítulo.
La segunda mitad del año está marcada por el cambio de signos de los planetas Urano, Neptuno, Plutón, Júpiter y Saturno, entrelazando los cambios iniciados a principios de año. Del caos de los cambios rápidos, surgirá algo coherente y con proyección de futuro. El cambio será fundamental, ya que transformará las estructuras de nuestra sociedad. Hasta 2025, los planetas exteriores han estado predominantemente en signos de tierra. Pero, desde principios de año, estos planetas se trasladaron hacia signos de fuego y aire. Este es el comienzo de una era completamente nueva.
Pasando a la energía de esta semana, la característica más llamativa es Saturno y Neptuno en conjunción, entrando en Aries a cero grados. Aries es el primer signo del Zodíaco, el punto de inicio y nuevos ciclos. Este aspecto señala un nuevo y poderoso comienzo, un verdadero momento de Génesis. Con Saturno en conjunción con Neptuno, hay un énfasis en revisar el pasado, aclarar malentendidos y hacer espacio para nuevas oportunidades. Esto despertará emociones profundas y revelará verdades ocultas. De hecho, los dos planetas pasarán varios meses juntos en los primeros grados del Zodíaco para preparar el terreno. Saturno y Neptuno danzarán juntos en Aries hasta septiembre, cuando Saturno retrogradará de nuevo en Piscis para atar los cabos sueltos. Es un tiempo ideal para la autorreflexión y la sanación, ya sea en tus relaciones o en tu vida profesional. Este es el momento de un cambio de identidad.